LECTURAS
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La guerra civil española desde la perspectiva actual
La Guerra Civil Española, 1936 a 1939, es el hecho, sin duda, más trascendente en la España del siglo pasado, adquirió una significación especial en la convulsa Europa de los años treinta y atrajo sobre sí la atención mundial. Sin lugar a dudas, es el asunto de la historia de España sobre el que más se ha investigado, escrito y discutido y durante más tiempo ha estado presente en la opinión pública mundial. El conflicto de la Guerra Civil Española sigue teniendo presencia tanto académica como social porque sigue percibiéndose como lo que fue, un corte sangriento en la evolución histórica española en sus diversos aspectos políticos, sociales, económicos, culturales. España tenía un determinado perfil antes de la guerra y el resultado de la misma lo trastocó y, lo que es más importante, lo mantuvo durante casi cuarenta años de implacable dictadura franquista
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Sublevación militar que deriva en guerra civil
En un conflicto como la Guerra Civil española, con tal repercusión y de tantas y tan largas consecuencias es imprescindible preguntarse por sus causas y por qué un intento de golpe militar derivó en guerra civil. El 18 de julio se generalizó una sublevación militar en España contra el Gobierno de la República, iniciada en sus territorios de África el día anterior, que terminó con la vida política normalizada. De dicho intento de golpe de estado se derivó muy pronto una cruenta guerra de casi tres años entre la República y los sublevados por una doble incapacidad: los sublevados no conquistaron el poder y la República no fue capaz de acabar con la sublevación. Una pregunta clave sobre ese terrible conflicto es, sin duda, la de por qué se produjo esa sublevación de julio. De un lado y otro se intentó siempre dar una respuesta sencilla y directa. Pero lo que sí sabemos es que la responsabilidad por desatar la hecatombe que supuso la Guerra recae, hoy, a partir de las evidencias relevantes de la época, en ciertos círculos militares y civiles, que no son los republicanos
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La guerra civil como fenómeno social: las milicias en ambos bandos
La formación de milicias, ciudadanos civiles armados, como expresión de los conflictos sociales de la España de 1936, representa uno de los fenómenos más característicos del enfrentamiento bélico. Las unidades de milicias fueron la forma sustancial en la que la masa de la población politizada se incorporó a la lucha cuando las tensiones estallaron en enfrentamiento abierto en España. En la zona republicana el resquebrajamiento del ejército y la indecisión de las autoridades gubernamentales, como es sabido, favorecieron la alternativa que convertía al militante político o sindical en combatiente bajo las directrices de su organización, como eje de la resistencia republicana en las primeras semanas tras la sublevación. En distintos frentes del Norte, Aragón y sectores de Andalucía el componente del voluntariado civil de los sublevados fue también muy amplio. De hecho, prácticamente todos los especialistas de la guerra hablan de una “fase miliciana” de la misma, que coincide con la primera etapa de guerra de columnas, realidades que empiezan a cambiar sustancialmente desde octubre de 1936, antes en el bando de los sublevados, pero que no se eliminan del todo, especialmente en el bando republicano, hasta bien entrado 1937
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La guerra civil como enfrentamiento militar
La Guerra Civil fue, ante todo y sobre todo, un conflicto armado resuelto por la fuerza. Por ello es preciso prestar una atención especial a esta dimensión de la Guerra como conflicto militar. Los rebeldes tuvieron claro, una vez fracasada parcialmente la sublevación, que había que volcar todos los esfuerzos militares, propagandísticos y políticos en ganar una guerra que podía ser larga. Frente a las columnas irregulares de las que dispone el Gobierno republicano de José Giral, fuerzas dispares, sin formación y entrenamiento militar, con escasos medios y poco o nulo sentido de la disciplina, los sublevados sabrán utilizar los resortes de un ejército profesional, disciplinado, dirigido por oficiales curtidos en las guerras marroquíes, el Ejército de África, completado por milicias de tradicionalistas y falangistas, plenamente integradas en la estructura militar y férreamente sometidas a ésta. El desequilibrio de principio era obvio a favor de los sublevados. La creación del Ejército Popular de la República mediante la integración militar de las milicias y columnas, pero politizado, pretendió nivelar en el plano militar el enfrentamiento, pero no pudo superar plenamente las debilidades derivadas de la división interna y la frecuente falta de armamento adecuado y equivalente al que dispusieron las tropas de Franco, desventaja especialmente constatable en la aviación
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La dimensión internacional
La Guerra española, “internacionalizada” antes del golpe, como conocemos hoy, se convirtió precisamente en una contienda de larga duración en función de un contexto internacional. La ayuda económica y diplomática prestada por Italia y Alemania a los sublevados fue decisiva y contrastó con la carencia de esa ayuda y ese apoyo por parte de las democracias al legítimo gobierno de la República. Y estos factores fueron claves en las primeras semanas del conflicto. Cuando la URSS decide apoyar al Gobierno republicano ya era tarde para detener a los sublevados. De no haber sido por la ayuda con la que contaron los sublevados, y de no haberse echado atrás las potencias democráticas en la venta de armas y en el soporte político y diplomático al gobierno republicano, que era el gobierno legítimo, la evolución hubiera sido muy diferente. Sin la ayuda soviética la República difícilmente se hubiera mantenido en una larga guerra de casi tres años. El contexto internacional fue muy negativo para la República
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Evolución política en ambos bandos: unificación entre los sublevados y división republicana
La sublevación desintegró el Estado republicano ante la incapacidad de mantener sus estructuras y autoridades, tanto por los militares sublevados como por los poderes paralelos a los oficiales que surgen en el territorio controlado formalmente por la República para tratar de sofocar una sublevación que el Gobierno republicano no consigue doblegar. Derivado el conflicto en guerra civil, la evolución política y socioeconómica en ambos bandos se convierte en tema capital. En una guerra total que se acaba convirtiendo en una guerra larga, la ordenación y articulación de la política, la economía y la atracción del apoyo social, serán cuestiones de gran incidencia también en el desenlace final. En el bando sublevado, la imposición del poder militar sobre cualquier ámbito de decisión civil será determinante. En el bando republicano, la división y el enfrentamiento de proyectos distintos sobre la forma de llevar a cabo la guerra y, especialmente, sobre la articulación de la sociedad y la economía y, por ende, de la política, no desaparecerán durante todo el conflicto, acabando éste justamente con una guerra civil dentro de la Guerra Civil. Esa división debilitará gravemente las posibilidades de resistencia e imposibilitará el triunfo republicano sobre un bando sublevado unido
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El nuevo orden de la “Nueva” España
En el bando sublevado, el encumbramiento de Franco, como jefe militar indiscutible, conllevará la jefatura política sin restricciones y la imposición de un control estricto social y económico que logrará articular, por el convencimiento, la presión y la represión el apoyo social a las decisiones de los sublevados. Pasos significativos hacia esa concentración del poder en la “Nueva” España en la figura de Franco serán el decreto de unificación de las fuerzas políticas de su bando en abril de 1937, unificación que culminaba el proceso de sometimiento de las fuerzas políticas a la autoridad de Franco y de los militares. La formación de su primer Gobierno en febrero de 1938 iría en la dirección de implementar una política totalitaria que negará en la práctica la lucha de clases y cualquier rastro del sistema liberal de pluripartidismo y prácticas democráticas
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Economía y sociedad de una España en guerra
El resultado final de la guerra, con el triunfo de los sublevados, tiene que ver, entre otros factores, en buena medida con una mejor administración de los recursos disponibles. Por lo que se refiere a la forma en que cada uno de los dos bandos logró financiar la actividad militar, hoy está claro que el volumen de los recursos exigidos por cada parte no solo fue alto sino bastante similar. En el bando republicano destaca el gran desbarajuste provocado por la sublevación y la propia Guerra, lo que produjo una enorme inflación. Los sublevados contaron con apoyo financiero externo e interno. Esta muy distinta situación financiera de ambos bandos tiene que ver y se complementa con la existencia de dos modelos económicos implantados en las respectivas retaguardias, mucho más efectivo el aplicado por los franquistas que el que efectivamente lleva a cabo la República condicionado por la multiplicidad de poderes y los intentos revolucionarios. La situación de la sociedad española durante la Guerra fue empeorando a medida que avanzaba el conflicto, especialmente en el bando republicano. Sociedad empobrecida, atrasada y dividida, con graves pérdidas de valores y de vidas por la acción militar y, especialmente, por la amplísima y cruenta represión
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Intentos para establecer un nuevo papel para la mujer
Durante la Guerra el bando franquista defendió y fue construyendo una sociedad tradicional en línea con lo que finalmente acabaría siendo la ideología del nacional-catolicismo. Una sociedad masculina en el que el papel de la mujer se reconducía al tradicional de madre, hija y esposa y su espacio de actuación sería fundamentalmente el hogar, si bien jugará un papel relevante de apoyo al combatiente. En el bando republicano, el proyecto de modernización social puesto en marcha con la instauración de la República se pretende continuar y adaptar a un contexto de guerra. Los intentos de otorgar un protagonismo en todos los campos, incluso el directo de la acción bélica, pronto quedaron en eso, en intentos
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Miedo y violencia política
La Guerra Civil, en la que se convierte muy pronto la sublevación militar, lleva a ambos bandos a un proceso de intento de control o eliminación del enemigo real o potencial. El miedo va a contribuir a desatar una ola de violencia inusitada en los frentes y en las retaguardias. La violencia abrió un proceso que tuvo tanto de ritual como de político, tanto de disolución de viejos poderes como de venganza. Pero no fue igual en ambas retaguardias ni en su inspiración, características e intensidad, siendo más global, sistemática y duradera la ejercida sobre la retaguardia republicana
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Las guerras de la memoria
ACERCA DEL AUTOR
Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Salamanca.Director de la revista Studia Historica. Historia Contemporánea de la Universidad de Salamanca.
Tesis doctoral sobre milicias populares en la guerra civil. Es autor de una veintena de libros y capítulos de libros y una docena de artículos sobre dicho tema de la guerra civil española y sus consecuencias.
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La inusitada violencia que atra