Nuestra invitada de esta semana es Sandra Ferrer Valero, autora del blog Mujeres en la Historia. Sandra, a quien agradecemos su colaboración, nos presenta su último libro «Mujeres silenciadas en la Edad Media».
Sandra Ferrer Valero (Barcelona, 1976) es licenciada en Periodismo por la UAB. Inició posteriormente estudios de Historia en la UNED. Trabaja en el mundo de la comunicación y el marketing digital pero en sus ratos libres se dedica a la historia, una de sus grandes pasiones. Además de su blog Mujeres en la Historia, Sandra colabora en la revista Clío Historia.
Mujeres silenciadas en la Edad Media
A principios del siglo XV, en pleno período medieval, aparecía en Francia un libro titulado La ciudad de las damas. Mientras las mujeres de aquellos años permanecían recluidas tras los muros de sus hogares o de los muchos monasterios femeninos extendidos por el Viejo Continente, Cristina de Pizán, reflexionaba sobre el constante vituperio aplicado al sexo femenino. Y lo hacía con palabras como esta: Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra bien en escritos y tratados.
Cristina no sólo planteó abiertamente una cuestión clave para las mujeres en la historia, su subordinación permanente a los hombres, sino que publicó su obra ante la mirada atónita del mundo erudito masculino que insistía una y otra vez en mantenerse en sus ideas misóginas heredadas de Aristóteles y asimiladas en la cultura del cristianismo occidental. Convertida en la primera escritora profesional de la historia, al conseguir vivir de sus obras (trabajó al servicio del rey de Francia), Cristina de Pizán es uno de los pocos nombres propios femeninos que han trascendido de aquellos siglos medievales, aunque durante siglos permaneció en un largo letargo.
Como Cristina, muchas otras mujeres demostraron al mundo que quienes decían que eran seres incompletos, un “mal necesario” o la razón del pecado en la tierra, estaban absolutamente equivocados.
¿Fue Cristina de Pizán la única en dejar testimonio escrito de la querella femenina? Si existieron otras que opinaran como ella, me aventuro a pensar que sí. Que dejaran testimonio, por desgracia fueron muy pocas. Y los testimonios que nos dejaron no son tan directos como los que Cristina hizo en su obra La ciudad de las Damas. En España, Teresa de Cartagena, escribió Admiración de las obras de Dios, el primer texto escrito por una mujer en la península Ibérica en favor de los derechos de las mujeres; la valenciana Isabel de Villena, en su Vita Christi nos dejó una versión de la vida de Jesús centrada en la importancia de las mujeres que le rodearon; la italiana Laura Cereta, en las cartas escritas por ella y que se han conservado, también reflexionaba sobre la injusta condición de la mujer…
Muchas otras mujeres medievales demostraron ser grandes escritoras. Hroswitha de Gandersheim, Dhuoda de Septimania, Ana de Francia, Herrada de Landsberg, Ana Comneno, Clemence de Barking, son algunos de los nombres propios de mujeres religiosas, aristócratas, nobles, que legaron obras de teatro, enciclopedias de ciencias naturales, textos históricos o pedagógicos. Sin olvidarnos de la obra de las muchas místicas medievales que escribieron hermosos versos y profundas reflexiones teológicas que quedaron en los márgenes del pensamiento cristiano por el simple hecho de haber sido obras escritas por mujeres. O las trovadoras que tuvieron su lugar en el sublime universo del canto al amor profano. O las poetisas del al-Andalus…
Nombres que permanecen aún ocultos pero que, poco a poco, irán saliendo a la luz demostrando que las mujeres, a pesar de las dificultades, tuvieron muchas cosas que decir en los siglos medievales.
En el silencio del pasado se esconde una larga lista de mujeres recientemente redescubiertas, y muchas otras esperando ansiosas por recuperar el lugar que se merecen en la historia de las letras, las artes o las ciencias.
Mujeres silenciadas en la Edad Media es un breve ensayo en el que recuperan su lugar en la historia mujeres como Hildegarda de Bingen, una dama excepcional, que destacó como científica, pensadora, mística, doctora, dramaturga o compositora; doctoras como Jacoba Felicié o la misteriosa Trotula de Salerno; escultoras como Sabina von Steinbach; compositoras como Kassia; poderosas abadesas como Hilda de Whitby o iluminadoras como En Depintrix. Beguinas, trovadoras, iluminadoras, doctoras, poetisas… todas ellas mujeres con vidas apasionantes reciben su homenaje en esta obra que pretende ayudar a visibilizarlas.
Sandra Ferrer Valero